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Panel ético político. Benjamín Forcano

Panel ético político Benjamín Forcano   Enviado a la página web de Redes Cristianas 1. La alternativa es un Gobierno decente (Antonio Gutiérrez) 2. Alternativa real de Gobierno: PSOE,UNIDOS PODEMOS, CIUADADANOS (Manuel de la Rocha –Benjamín Forcano) 3. PSOE, UNIDOS PODEMOS,

Benjamín Forcano

 

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Benjamín Forcano11. La alternativa es un Gobierno decente (Antonio Gutiérrez)
2. Alternativa real de Gobierno: PSOE,UNIDOS PODEMOS, CIUADADANOS (Manuel de la Rocha –Benjamín Forcano)
3. PSOE, UNIDOS PODEMOS, CIUDADANOS: Pactar, un imperativo ético: (Nuria Suárez, Benjamín Forcano, Joanen Cunyat)

1LA ALTERNATIVA ES UN GOBIERNO DECENTE
Antonio Gutiérrez Vegara
S.Gral. de CC.OO. 197-2000

Necesitamos soluciones urgentes. Optar por un nuevo gobierno del PP es una tumba política. El PSOE debe encauzar los anhelos de la mayoría social. PODEMOS que aparque sus propuestas extremas y que C.s abandone su rancio lenguaje anticomunista. Es la única alternativa de un Gobierno decente que saque a este país del atolladero. Culpables los tres -¿en qué grado uno u otros?- si no logran realizar este imperativo ético de la mayoría social.

Nadie quiere nuevas elecciones y para evitarlas es imprescindible formar un gobierno. Propios relevantes y extraños interesados le aconsejan al PSOE que se abstenga en la investidura de Rajoy negociando previamente un pliego de medidas correctoras de las políticas impuestas por éste desde 2011, que deberían enmendarlas en su casi totalidad para ser menos inaceptable tal apoyo. Aún en el improbable supuesto de que las admitiera, un gobierno tan incumplidor (al día siguiente de tomar posesión empezó a incumplir todo lo prometido en fiscalidad, sanidad, educación, derechos socio-laborales etc.) otro gobierno Rajoy provocaría sonadas broncas, a cada paso que diese porque a buen seguro intentaría contravenir lo pactado con los eventuales socios que por activa o por pasiva le hubiesen otorgado su confianza. Y para hacerlo más difícil todavía estarían en manos de una administración corrompida hasta los niveles subalternos nombrados por el PP que no va a sanear motu proprio. Quienes se presten al juego han de prever que si hacen la oposición exigente a que se verían abocados serán tildados de desestabilizadores y si no la hacen quedarán ante la ciudadanía como cómplices de todos los fiascos de la legislatura.

Antes de meterse en tal laberinto se debería prestar más atención a Rajoy, quien en su parquedad deja bien claro lo que persigue. No se necesita llegar a la sagacidad de los hombres que de Estado han sido para darse cuenta que es Rajoy quien en el fondo está jugando con el fantasma de las terceras elecciones, que lo hace con las cartas que graciosamente le regalan cada día quienes dan por descontado que no hay otro posible gobierno que uno presidido por él y, con semejante ventaja espera a que los demás se sometan, aunque tenga que concederles algún cosmético para que se maquillen los colores de la vergüenza ante sus electores. Que nadie se engañe, esas son las coordenadas reales en las que se encontraría la oposición y así nadie se forja como alternativa; así se cavan las tumbas políticas.

Y cabe preguntarse ¿a santo de qué someter a este país a tanta zozobra, cuando puede evitarse?. La alternativa es que PSOE, Podemos y Ciudadanos formen un gobierno decente para afrontar la situación de emergencia institucional, social y económica en la que ha sumido a España el gobierno del PP. Tampoco hay por qué esperar a que fracase Rajoy en la formación de un gobierno para explorar otras opciones; no es un requisito formalmente ineludible ni políticamente aconsejable. Ponerse manos a la obra para formar un buen gobierno no puede postergarse hasta parecer el remedo subsidiario de un fracaso.

El grupo dirigente socialista se consuela vislumbrando el declive de su competidor electoral, sin embargo corre el riesgo de que su propia vertiginosa caída sea el abono para que su próximo congreso se revele como un descomunal campo de Agramante. Pero por encima de las disputas caseras tienen en sus manos la honrosa historia centenaria del PSOE cuya mejor manera de atesorarla es haciendo de su partido el cauce más claro para los actuales anhelos de la mayoría social. Un partido de gobierno demuestra su disposición a gobernar en las coyunturas más difíciles. Y esta lo es más que ninguna otra en la que ha gobernado. Tiene toda la legitimidad para tomar la iniciativa e iniciar conversaciones con ambos partidos.

Ya que Podemos admite haber pecado de “exceso de lucidez”, puede pedírsele en consecuencia que ahora peque de modestia, aunque sea falsa, para que se corresponsabilice en la gestión del cambio básico que necesitamos y aparque por ahora sus propuestas más extremas. El cielo puede esperar…todo lo que se pueda retrasar, puesto que al cielo (dicen los creyentes) sólo se sube después de muerto y la mayoría de la gente, de todas las creencias y los incrédulos, necesitan soluciones terrenales urgentes para quienes viven en y/o rayando la marginación social y mediatas para ir encauzando los desbarajustes institucionales, económicos y socio-laborales que ha provocado el PP.

Si Ciudadanos era el deseado socio de un gobierno “reformista y progresista” hasta hace un par de meses, no debe ahora echársele en brazos del PP como su afín ideológico sin más. Si no se le emplaza pronto a explorar vías alternativas será los dirigentes de C´s quienes coloquen a Pedro Sánchez a las patas de los caballos para que asuma el mayor coste de revalidar a Rajoy (la operación que ya barruntaba C´s en la legislatura non-nata con el pacto suscito con el PSOE en el que éste asumió el 80% del programa del centro-derecha). Para empezar habría que pedirle que abandone los vetos a terceros desempolvando el más rancio lenguaje anticomunista, que por otra parte nunca tuvo razón de ser en la España democrática, que lo fue gracias al PCE de manera destacada entre otros. También puede exigirle cualquier demócrata español un mayor respeto a la memoria política de Adolfo Suárez y a la UCD que él presidió. Nadie que pretenda emularle puede contradecirle tanto. Suárez se jugó bastante más que su porvenir político por legalizar al PCE y jamás ejerció de cancerbero de la Constitución para franquear la entrada a quienes a su antojo considerase constitucionalistas.

Es ahora cuando necesitamos un gobierno decente con la fuerza moral que le permita convocarnos a cuantos esfuerzos sean necesarios, cabal y justamente administrados, para sacar entre todos a este país del atolladero.
Si en este trance, cada cual se queda rezando en su confesionario para que siga gobernando el PP, serán los responsables de que sigamos pagando la penitencia de sus culpas.
Madrid, Julio de 2016
2
PSOE, UNIDOS PODEMOS , CIUDADANOS
Alternativa de Gobierno para el cambio y reformas de este país.
Manuel de la Rocha –Benjamín Forcano

Día 26 de junio:

VOTOS DIPUTADOS
PP 7.9 m. 137

PSOE 5.4 m. 85
Unidos Podemos 5.0 m. 71
Ciudadanos 3.1 m. 32
13.5 m. 188

Después de cuatro años de mayoría absoluta y leyes “rodillo”, ha llegado el momento de dar paso a una mayoría social, basada en unos acuerdos muy claros que configuren un programa de gobierno que permita abordar con eficiencia las crecientes diferencias sociales y eliminar radicalmente la corrupción, relocalizar industrias, favorecer la I+D+i y las debidas actividades educativas a todos los niveles, la atención sanitaria y a la dependencia, al apremiante cuidado medioambiental, y a la reforma de la Constitución, especialmente en el título 8º…
Con una diferencia de 5.5 millones de votos, estos partidos no deben hacer lo contrario de lo que prometieron en la campaña electoral: el “cambio” que tanto repitieron y España requiere con urgencia.

Los tres partidos deben ahora con serenidad fortalecer sus coincidencias y alcanzar propuestas de acción bien definidas. Y en las discrepancias, corresponde ahora analizar, escuchar, conversar… para ser capaces de decidir aquello que sea mejor para la gobernación de España en un contexto europeo que también debe cambiarse, promocionando una Unión Europea política, social y económica, y no sólo monetaria. Porque sólo desde una Europa democrática y solidaria, en la que cualquier brote de fanatismo y xenofobia fuera inmediatamente erradicado podría establecerse a escala internacional un multilateralismo diligente, con unas Naciones Unidas refundadas que sustituyeran para siempre a los ineficientes grupos plutocráticos que han conducido al desconcierto actual.
Pensando en el futuro, extrayendo del pasado las lecciones, algunas muy recientes, es indispensable interpretar correctamente los resultados de las elecciones. Y poner en práctica la voluntad de la mayoría del pueblo español.

3
Psoe, Unidos podemos, C’s: P a c t a r: un imperativo ético
Nuria Suárez -Benjamín Forcano – Joanem Cunyat

13, 5 millones de votantes
frente a los 7.9 millones del PP

Fin primordial: recuperar y asegurar el bien y derechos de una mayoría social.
Partido Popular: Ha gobernado en dirección opuesta, deteriorando y frustrando esos derechos de la mayoría. Y, además, está reafirmando un día sí y otro no que seguirá con la misma política, mostrando sumisión absoluta a los dictados de la Troika, (propios de una Europa mercantil e insolidaria) vendiendo la soberanía nacional, transigiendo con la usura de la Deuda externa y entregando la riqueza del país en condiciones fraudulentas a empresas y multinacionales extranjeras.

PSOE, UNIDOS PODEMOS, CIUDADANOS: todos han expresado desde el principio de las elecciones una misma voluntad: acabar con la política del PP, tan sectaria y negatva, que ha rechazado reiteradamente cualquier otro proyecto que no fuera el suyo.
Escenario democrático: son, en principio, cuatro actores principales: uno, PP, que suma 7,9 millones de votos ; y tres, PSOE, UNIDOS PODEMOS,CIUDADANOS, que suman 13,5 millones.

El PP ha aplicado una política de gran inestabilidad, intransigente, de desigualdad, de desfalcos generalizados, de exacerbación del independentismo, de cercenamiento de las libertades y de los derechos civiles de la mayoría social.

La democracia, cuando es real y representa de verdad los derechos de la mayoría, debe atender por encima de todo a lograr y consolidar esos derechos. Los partidos (en este caso los tres designados) se han mostrado como portadoress y artífices de un cambio y reformas que implanten esos derechos de la mayoría.
El fin a conseguir es lo primario y lo que debe inspirar la acción concertada de esos tres partidos. El pasado reciente de las elecciones últimas, ha demostrado en los votados por la mayoría social un fallo que no debiera repetirse: priorizar los intereses del partido por encima del bien y derechos de todos a los que representan.
Los tres partidos son necesarios para un nuevo Gobierno, y cada uno tiene una historia, estructura y posibilidades particulares; y cada uno ha mostrado virtudes y vicios, unos han navegado entre las crestas de la ilusión y de la arrogancia, otros entre la obstrucción y el empeño por el pacto, otros entre el temor y la ambiguedad, pero siempre apuntando a asegurar el incremento de tantos o cuantos votos y de tantos o cuantos escaños. Legítimo, pero relativo, porque sobre ese objetivo pesa el objetivo último de no defraudar a esa mayoría que los ha votado para el cambio y regeneración democrática.

Si no se cumple ese objetivo –y los tres se bastan para lograrlo- es porque unilateral e irresponsablemente se habrán quedado como el mochuelo, cada uno en el olivo de sus particulares pretensiones: un quebrantamiento ético, desde el punto de vista democrático, imperdonable.

No valen los apriorismo, excusas y pretextos. En política, siempre se pueden dar miopías y equivocaciones, y hay que guardarse sobre todo de la sirena cautivadora del poder. La talla del verdadero político se muestra en saber escuchar, dialogar, proponer, corregir, ceder, para sumar voluntades y propósitos en beneficio de la mayoría.
En los tres partidos hay medidas, propuestas concretas tienden al mismo fín; no todos coincidirán en todas, pero sí en muchas y es lo que deben asegurar. Pretender imponer el todo de un partido, cuando se es parte minoritaria o insuficiente, arriesgando con ello la frustración del fín perseguido, es actitud simplista, que no pondera el bien en juego y privilegia –estérilmente- lo absoluto de la propia posición.

Hay diferencia entre los tres partidos, si no, no lo serían. Pero también hay y-muchas más- coincidencias y puntos comunes. Olvídense de la siglas, de su negro condicionamiento y tomen como referente para las reformas “La declaración universal de los derechos humanos” y, más cerca a nosotros, “ La Carta Magna de nuestra Constitución” . Ahí, verán cómo se describe la dignidad e igualdad de todos los españoles y los derechos básicos, enumerados uno a uno, con la obligatoriedad y responsabilidad que ante ellos contraen los poderes públicos. Van a coincidir, cómo no, en casi todos, y deberán dialogar, indagar y concretar cómo hacer real su respeto y cumplimiento.
Salven el acuerdo o pacto en el porcentaje máximo, (un 80 %, 70 % , incluso 60 % ) pero no dejen a la mayoría social colgada del vacío o de la amargura de volver a sufrir más recortes de una política sobradamente demostrada economicista, insolidaria, clasista e inhumana. No tienen derecho a olvidar o subestimar su razón de ser: el bien y derechos de la mayoría social.

El ideal sería que cada partido pudiera incluir sus medidas, pero el ideal es muchas veces imposible y enemigo de lo mejor. Lo mejor, lo más razonable y coherente en el caso que comentamos, es el acuerdo entre todos, por el bien y respeto de la mayoría social, aunque no sea con inclusión total de las pretensiones particulares de cada uno. Proceder así es de sentido común, mirar al bien y derechos de la mayoría social y resulta un imperativo ético.

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